Para un óptimo trabajo de pintura debemos pararnos en el cuidado de la superficie sobre la que se pinta.
A esta tarea introductoria y muy necesaria se la denomina "imprimación". Una vez limpio llamamos a la pared soporte pictórico. Este soporte puede ser de madera, metálico: si tratamos con metal podemos lijar el posible óxido; para la madera se puede realizar una sesión de barnizado o esmaltado.
También hay que tener en cuenta características físicas del soporte, si es muy absorbente por ejemplo.
Mediante esta técnica garantizaremos una mejora de la pintura.
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